El Poder Sanador del Perdón
Descubre los pasos para llevar una vida 100% libre de la amargura
Hebreos 12:15(RVR1960)
15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;
El perdón:
Es la llave que abre las puertas de la felicidad y la paz, que solo viene de Dios
Sin perdón nos encontramos en la cárcel que frustra nuestra vida y nos llena de amargura.
La parte mas dura del perdón es que nosotros mismos somos nuestros abogados defensores y también nuestros propios jueces.
El poder del Perdón es la capacidad dada por parte de Dios para que tu y yo salgamos de la esclavitud de la amargura.
Una vida sin perdón es equivalente a una persona que esta en estado de COMA o vegetativo, la cual la vemos con “vida” pero aparentando estar muerta.
Podríamos decir que la falta de perdón es el veneno más potente que daña todo nuestro organismo, pero aun más daña también nuestra alma.
El problema no es el grado de toxicidad de este veneno, el problema radica en que nosotros mismo nos lo administramos.
La palabra de Dios nos exhorta a que tomemos el camino correcto, que es el camino del perdón el cual nos lleva a una vida de llena de victoria.
Mateo 18:23-35 (TLA)
23 »En el reino de Dios sucede algo parecido a lo que cierta vez sucedió en un país. El rey mandó llamar a sus empleados para que le informaran cómo andaban sus negocios y para que le pagaran todo lo que le debían.
24 »Cuando comenzó a sacar cuentas, le llevaron un empleado que le debía sesenta millones de monedas de plata.25 Como el empleado no tenía dinero para pagar, el rey ordenó que lo vendieran como esclavo, junto con su esposa y sus hijos, y que vendieran también todo lo que tenía. Así, con el dinero de esa venta, la deuda quedaría pagada.
26 »Pero el empleado se arrodilló delante del rey y le suplicó: “Señor, déme usted un poco más de tiempo y le pagaré todo lo que le debo.”
27 »El rey sintió compasión de su empleado y le dijo: “Vete tranquilo; te perdono todo lo que me debes.”
28 »Al salir del palacio del rey, ese empleado se encontró con un compañero que le debía cien monedas de plata. Lo agarró por el cuello y le dijo: “¡Págame ahora mismo lo que me debes!”
29 »El compañero se arrodilló delante de él y le suplicó: “Dame un poco más de tiempo y te lo pagaré todo.”
30 »Pero aquel empleado no quiso darle tiempo, y mandó que metieran a su compañero en la cárcel, hasta que pagara el dinero que le debía.
31 »Los otros compañeros, al ver lo que había pasado, se molestaron mucho y fueron a contárselo al rey.
32 »Entonces el rey mandó llamar a aquel empleado y le dijo: “¡Qué malvado eres! Te perdoné todo lo que me debías, porque me lo suplicaste. 33 ¿Por qué no tuviste compasión de tu compañero, así como yo la tuve de ti?”
34 »El rey se puso furioso, y ordenó que castigaran a ese empleado hasta que pagara todo lo que le debía.
35 Jesús terminó diciendo: «Lo mismo hará Dios mi Padre con cada uno de ustedes, si no perdonan sinceramente a su hermano.»
El Perdón debe ser sincero y absoluto.
Claro decirlo es fácil, hacerlo es extremadamente complicado, porque para poder perdonar debemos en primer lugar examinar nuestro interior y detectar que área fue lastimada y con la cual se estanco y produjo la amargura.
En primer lugar debemos preguntarnos cual fue la herida que nos causo la falta de perdón.
En Segundo lugar debemos identificar que sentimos por esa herida
En Tercer lugar debemos de identificar que deseo fue lastimado.
Como seres humanos tenemos tres deseos centrales que determinan nuestro carácter
El deseo de Poder, Gloria y Honor
Y en cuarto lugar debemos de identificar que acuerdos hicimos con el enemigo los cuales nos llevan un una vida de esclavitud en la cárcel de la amargura.
Para salir de toda esa esclavitud debemos de renunciar a todo acuerdo que sin querer hemos activado en nuestra vida y romper el acuerdo que hicimos con el enemigo el cual nos llevo a la amargura.
Y rendir nuestro deseo que fue golpeado para que sea fortalecido por el poder del Espíritu Santo
El Perdonar es comprender que nuestro Dios es el que nos defiende y es también el que pelea por nosotros.
Es por ello que no debemos buscar nuestra propia venganza, porque ella nos puede llevar a la amargura, que es el acuerdo que el enemigo tiene planea para ti.
Isaías 41:8-13 (RVR1960)
8 Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo.
9 Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché.
10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
11 He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo.
12 Buscarás a los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra.13 Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.
Tu decides !!!!!
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